sábado, 30 de enero de 2010

La hija del Señor Márquez.

Como cobrando la factura la hija del Señor Márquez al igual que cada uno de sus hermanos vivieron y sufrieron el acelerado deterioro de salud de su querido progenitor.

El roble se desquebrajaba, los pies dejaron de andar en menos de 15 días y la dependencia física se hizo inminente. Noches intensas de dolor interminable, de pensamientos y cuentas que no cuadraban. Su voz se hizo tenue y dio paso a la queja producida por el dolor físico y tal vez del alma.
El Señor Márquez, un hombre respetable, responsable y de convicciones firmes, se entregó por completo al trabajo hasta el momento que consideró necesaria la jubilación, después de más de 35 años de trabajo como obrero en una empresa panificadora en la que pasó más de 100 000 horas de pie, sin tiempo de pensar en su propia superación pues apenas tenía tiempo para descansar, pues entre el trayecto de ida y vuelta y las horas de trabajo incluyendo las tan preciadas en su momento horas extras se le agotaba el día y la energía más no la ilusión de ver a los hijos formarse en futuro más prometedor que el propio.

El descanso anhelado que prometía la jubilación se vio alterado por el saldo que dejaron los años de trabajo pesado y rutinario: “la enfermedad” para la que la nueva situación le permitía ocuparse.

Alterada la vista, el oído y problemas crónicos de circulación solo se tenía así mismo y sus pensamientos frente a un panorama gris en cuanto a su estado físico. Hubiera querido que las condiciones no precipitaran la amputación de su primera pierna y sin embargo no había alternativa pues el dolor le consumía el más mínimo asomo de aliento.

Noches largas de plegarias y despertares de realidad inminente en una mezcla de anhelo basado en la concreción de los hechos. La pierna mutilada aligeró el dolor y alimentó la esperanza de tener solo el tiempo suficiente para ocuparse de los “Te quiero” que consideró no fueron suficientes.

Y ahí está con la herida que no cierra, con las cuentas que no cuadran, en la lucha, con la frente en alto, claro, consciente del destino de su otra pierna en la contradicción de compartir con sus hijos el tiempo que le brinde la vida misma y de reunirse con su amada compañera quien desde hace casi tres años le acompaña invisible y silenciosamente.

La hija del señor Márquez, pendiente de sus asuntos internos ha procurado todo este tiempo estar a la escucha de sus sentimientos, de sus culpas, de sus yerros, de sus miedos, de la enorme dosis de realidad, del análisis consciente que hace de su propia vida… La hija del Señor Márquez ha escuchado por vez primera los guardados pensamientos y sentimientos de su padre y está segura lo que debe hacer con ello, pues desde que se acuerda cada palabra del padre es “Enseñanza”.

La hija del Señor Márquez ha visto al Hombre con las lágrimas en los ojos y con el sollozo en las palabras, feliz de la familia que forjó, agradecido con la vida por lo afortunado que ha sido. No reniega, agradece …¡se libera!

La hija del señor Márquez se siente orgullosa y feliz de la maravillosa experiencia de seguir siendo:


“La hija del Señor Márquez”
Malena.



12 comentarios:

  1. Malena, ¡Que Gusto verte de nuevo por aquí,...! ya estaba algo preocupada y a punto de preguntar a Adelfa si sabia algo de Tí....
    En cuanto al Relato, pues Explendido, como siempre Escribes...¡Enhorabuena!
    Abrazos Malena

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  2. Hola Mariaje, un gusto también estar de regreso...el relato explica de alguna manera mi ausencia.

    Un abrazo enorme, de verdad he extrañado esta interesate forma de comunicación con los buen@s amig@s.

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  3. Hay amor en tu relato. Siento que tu padre haya pasado por esa dolorosa experiencia. Ese señor ha sido y es un gran hombre, por lo poco que de él he conocido a través de tu narración. Enhorabuena por tener un padre de esa categoría. Saludos.

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  4. Como hija te entiendo pefectamente. Que bueno que tenemos la fè, pegada solidariamente a nuestro lado, y el entendimiento de nuestra temporalidad y lo que ello conlleva.

    Espero que mejore tu papà. Has descrito maravillosamente tus sentimientos.

    Abrazos amiga


    p.d. te encargo pases por mi blog y cuando tengas tiempo para ler un rato, entres al link señalado casi-arriba a la izquierda.

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  5. Gracias Malena, desde luego Ausencia más que Justificada en una Gran Hija como lo Eres Tú Malena, que se mejore tu Papá y sus Enseñanzas le den mucho de Sí a sus Hijos/as. Un Abrazo Especial en estos Momentos más díficiles y Besos

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  6. Mi querido Arobos gracias por tus palabras...mi padre aún la sigue pasando mal, nada menos anoche me quedé con él y tiene mucho dolor, lo que se le llama pie fantasma, es decir le duele el pie que le amputaron, pero vaya es un dolor real que las terminales nerviosas captan aún...en fín tiene planes. Ayer le capturé un pequeño cuento de Horacio Quiroga que en realidad es de 8 páginas pero se hicieron 92 páginas pues tuve que ponerle letra muy grande para que pueda leer...lo acogió con gusto. Es de verdad un señorón.

    Saludos.

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  7. Así es Adelfa, la esperanza y la dosis de realidad que tiene y tenemos de lo que le ocurre, nos permite digerir poco lo que sigue, mientras tanto le cuidamos, le escuchamos y le decimos lo mucho que significa y le queremos.

    Me leí de una sentada los dos capítulos de tu maravilloso relato, lo hice apenas ayer...por supuesto entiendo que trata de tu vida misma, y de lo importante que han sido para tí tu madre y tu padre, por supuesto los abuelos... me imagino que en el siguiente capítulo relatarás tu llegada a México... te felicito la historia por sí es valiosa y con tú estilo la hace una delicia...espero con ancias el siguiente relato.

    Un abrazo linda.

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  8. Hola Mariaje, gracias por tus palabras. La verdad es que mi padre es un gran tipo y enfrenta la situación con mucha dignidad. Han sido dos meses largos de preocupación, angustia, ´pero su actitud siempre nos nutre y nos da la dosis de tranquilidad y ecunimidad para poder apoyarle.

    Un abrazo.

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  9. Amiga, ya voy por el 4o. y pronta a subir el 5o.

    ¿Mèxico?...muy lejos aùn


    mil gracias por haberme leìdo

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  10. Adelfa, pues estoy listísima para leer el tercero y cuarto.

    Un abrazo.

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  11. Hola Malena, lamento mucho que tu y tu familia esten pasando por esto, mis mejores deseos son para ti y para tu papá. Te envio un fuerte abrazo querida amiga.

    Gracias por compartirnos un poco de la historia de un buen hombre... excelente titulo.

    Hasta pronto

    Aline Jannet

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  12. HOola Aline en que rincón de nuestro México andas. Un gusto saludarte, te envio un fuerte abrazo.
    Malena

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